Guía para principiantes (13): las otras civilizaciones

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A medida que avance el juego, tu explorador se cruzará con unidades o ciudades de otras civilizaciones, o sus exploradores con tus ciudades y unidades. Cuando pase esto, se te presentará el líder de la otra civilización y podrás elegir tu postura. Lo más común es desearle que las relaciones entre ustedes sean pacíficas. A partir de ese primer encuentro, el nombre del líder de la civilización que acabaste de conocer aparecerá abajo a la derecha de la pantalla, encima del minimapa, en una lista junto a los líderes de las otras civilizaciones. Esta lista los ordena según su puntaje: el más avanzado estará primero, aunque eso puede cambiar en cualquier momento.

Cuando desees hablar con un líder, puedes hacer click sobre su nombre y te llevará a una pantalla donde te permite negociar. Por ejemplo, elige "Nos gustaria que hablemos sobre algo" (la primera opción). Te mostrará una pantalla donde hay de un lado tus cosas y del otro las de ese líder.

Tratar con otros líderes puede darte muchos beneficios: puedes intercambiar recursos y tecnologías,  comprarle tecnologías con oro, venderle tecnologías, pagarle una cantidad de oro por turno por un recurso o a la inversa. Puedes darle una tecnologia valiosa a cambio de que le declare la guerra a un rival. Puedes pedirle que ayude si la relación es amistosa o exigirle tributo si la relación es mala. Puedes proponerle intercambiar mapas o dejar de comerciar con alguien. Por supuesto, la otra parte toma sus decisiones y no siempre va a aceptar lo que quieras. Además, tus acciones diplomáticas pueden mejorar o empeorar la relación.

Los otros líderes te van a ofrecer por su propia iniciativa algunos tratados, a veces justos y otras veces no tan convenientes para ti. No dudes en renegociar o directamente rechazar si las condiciones te parecen abusivas o si no estás de acuerdo.

Además de lo que dije, está el tratado más básico: la apertura de fronteras. Permite que tus unidades circulen a través del territorio de la otra civilización y las unidades de esa civilización entren a tu territorio. Sin ese tratado, no puede ninguna unidad tuya pisar tierras ajenas sin que le declares la guerra (el juego te preguntará si de verdad quieres hacer eso). El tratado de apertura de fronteras te da rutas comerciales extranjeras, que son más valiosas, pero a la vez te expone. ¿Cómo? Imaginate que le abres las fronteras a Napoleón. Él inspecciona a conciencia tus recursos, la ubicación de tus ciudades, qué unidades militares tienes. Entonces, Napoleón prepara una fuerza de ataque basándose en lo que sabe de tu imperio: si él no vio ningún lancero, va a llegar con montones de arqueros a caballo. Por eso, sé cuidadoso con estos líderes reconocidos por sus conquistas.

Además, Gandhi generalmente es Gandhi pero a veces no. Hay una pequeña probabilidad de que se escape del personaje histórico. Me tocó conocer al Gandhi belicista y, como no me lo esperaba, me perjudicó con el factor sorpresa. Estaba armado hasta los dientes y no es común que Gandhi tenga tantas unidades militares, mucho menos que le declare la guerra sin ningún motivo a alguien que le puede hacer frente. Eso le dio una gran ventaja al inicio de la guerra.

Deberías darte cuenta, también, que los amigos en este juego no son amigos leales. Todos quieren ganar. Nunca te olvides de eso. Cuando recién empecé a jugar este juego, hace años, una vez tenía una relación amistosa con Suleiman en una partida. Confiaba tanto que dejé la frontera con él casi sin tropas, como si fuesen ciudades internas (porque mi amigo nunca iba a invadirme, pensé). Me declaró la guerra Moctezuma y, como era más pacífico en ese entonces, la guerra significaba empezar a producir todas las tropas que no había producido antes. Costaba contener las tropas de Moctezuma, pero lo lograba aunque a duras penas. Le pedí ayuda a Suleiman y no me ayudó. Dijo que tenía demasiado entre manos, lo que me pareció una excusa estúpida. No tenía ninguna guerra, no estaba atrasado tecnológicamente ni nada. Podía ganar mucho ayudándome en la guerra (porque era un momento difícil para mí pero podia recuperarme y mis unidades más avanzadas seguro destrozaban a Moctezuma, lo único que necesitaba es que me dé un respiro para rehacerme). Pero Suleiman tenía otros planes: unos turnos más tarde, cuando me agoté bastante militarmente peleando contra Moctesuma porque no daba a basto produciendo tropas y moviéndolas, Suleiman me declaró la guerra. Y claro, las ciudades en la frontera con él apenas tenían dos saeteros cada una. Imposible defenderme de él y corregir el grave error que había cometido al creer que una relación amistosa iba a impedir algo así.

A pesar de todo, lo que dije no significa que debas ofender a los otros líderes sin parar. Una regla importante es que tus ciudades fronterizas estén bien protegidas. Eso desalienta muchas invasiones. También, que no sepan lo que hay dentro de tus fronteras hace que se acobarden bastante. Mantener las fronteras cerradas empeora las relaciones y te priva de las valiosas rutas comerciales extranjeras pero militarmente es lo mejor: los asusta y, en caso de que se atrevan a invadirte, hace que cometan errores. No podrías pedir algo mejor. Es como si estuvieran ciegos mientras tú ves.

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